domingo, 16 de noviembre de 2008

Jonathan Chandía: “Fue un caso de gatillo fácil indudablemente. A mi hermano no lo tengo más”

Jonathan Chandía

Rolando Brizuela

El asesinato de Jonathan Chandía puso una vez más en el ojo de la tormenta a la policía de Mendoza. Un caso más de gatillo fácil en la provincia que esta vez no quedó impune. ATPA entrevistó al hermano y al padre del joven asesinado. Ambos coincidieron en que se trató de encubrimiento policial y que Oruza no fue el único culpable.

El 26 de mayo de 2006 Jonathan y Diego Chandía junto a Roque Jovás caminaban por una calle del departamento de Godoy Cruz para festejar el cumpleaños número 20 de Jonathan. Minutos más tarde los detuvo la policía por ser sospechosos de un robo a un kiosco. Los tres fueron tirados al piso vehementemente por la policía, y después el oficial Juan Carlos Oruza disparó a sangre fría a Jonathan provocándole la muerte instantánea.

El sitio digital del Diario Los Andes informó que se trató de un caso de gatillo fácil debido a que en el juicio se determinó que se plantó un arma y que hubo una importante cadena de encubrimiento. A los jóvenes detenidos se les encontró un arma que no funcionaba.

La agencia de noticias Cuyo Noticias informó que el 17 de octubre de 2008, la Séptima Cámara del Crimen de Mendoza declaró al cabo Juan Carlos Oruza culpable del asesinato de Jonathan “el Chanta” Chandía. El condenado recibió cadena perpetua por homicidio agravado por el uso de arma de fuego y la función policial. Tiene que pasar por lo menos 35 años en la cárcel para que se le otorgue libertad condicional.

ATPA dialogó en exclusiva con Diego Chandía, hermano de Jonathan.
- Pasaron más de dos años del homicidio de Jonathan ¿Qué reflexión puede llegar a hacer después de tanto tiempo?
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- Voy a ser breve. De este juicio nosotros esperábamos cualquier cosa, por el Estado, a ellos no les interesa mucho pagar. Hay una indemnización moral para la familia. A uno no le interesa el dinero, ellos sólo tienen que pagar el daño que causaron a nuestra familia. Sólo nos interesaba que se hiciera justicia y teníamos miedo y mucha preocupación.
Luego fueron pasando los días, declararon todos los policías. En especial el comisario Rolando Rojas (coordinador de la Unidad Operativa de Godoy Cruz) que les abrió los ojos a los jueces. Nos quedamos más tranquilos porque fueron cambiando las cosas. El dolor no lo vamos a sacar nunca de adentro, sólo queríamos justicia.

-¿Se hizo justicia al declararlo culpable del asesinato de Jonathan al oficial Oruza? ¿Qué pasaría si luego de 35 años lo encontrara en la calle?
- Si, es lo que la familia pidió, por fin se concretó. Oruza pidió perdón a la familia, que se le había escapado el tiro. Pero yo a mi hermano no lo tengo nunca más. Él (Oruza) el día de mañana va a estar libre, va a seguir con vida. Yo no voy a reaccionar, voy a estar más grande porque voy a estar tranquilo. Se hizo justicia por mi hermano, Oruza ha tenido una condena como para que piense en el error que cometió.

-¿Qué pasó exactamente la noche del 26 de mayo de 2006?
- Una gran confusión y a la vez un mal accionar de la policía. Por su forma de tratarnos, de golpearnos. Esto que hicieron a mi hermano fue horrible y también todos los que encubrieron el hecho, desde comisarios, subcomisarios, policías, fue una vergüenza.
Según el matutino Diario UNO de Mendoza el principal Rolando Rojas admitió que Oruza había contado que plantaron un arma en el lugar. “Oruza me confesó que habían puesto el arma ahí (en la escena) porque creyeron que se les iban a complicar las cosas”, declaró Rojas durante el segundo día del juicio.

-¿Es cierto que se plantó un arma en la escena del crimen?
- Así como atestigüé cuando juré decir la verdad al otro día del hecho, yo estaba muy nervioso, muy mal, no declaré sobre el arma que vi que me pusieron, pero yo vi el arma. Pero cuando declaré ahora en el juicio dije que vi a un policía (no vi quién era) cuando se fue y tiró un arma a la acequia. Y así como iban y venían todos los policías era obvio lo que estaban haciendo, que fue lo que declaré. El arma la plantaron ellos, fue un complot entre todos los policías sólo que les salió mal.

-¿Quién fue Jonathan Chandía?
- Jonathan era amante del Hip Hop, [NdR desde el sitio digital Wikipedia se define al Hip Hop como movimiento artístico y cultural que surgió a finales de los años 1970 en las comunidades hispanoamericanas y afro americanas de barrios pobres neoyorquinos -Bronx, Queens y Brooklyn- donde desde el principio destacaron como manifestaciones características la música (funk, rap, Blues, DJing), el baile (hustle, uprocking, lindy hop, popping, locking) y la pintura -aerosol, bombing, murals, political graffiti-] campeón en Mendoza. Bailábamos en diferentes competencias, en torneos, tenía mucha inspiración tanto para bailar como para sacar a los pibes de la calle. Nosotros vivimos casi toda la vida en el Barrio La Favorita (Ciudad de Mendoza) que es un barrio marginado que tiene chicos marginados, chicos delincuentes que no tienen mucha iniciativa y con Jonathan inconscientemente fuimos juntando a los chicos, los metíamos a los grupos de barrio y se iban integrando.
Jonathan fue un chico muy alegre, muy lleno de vida. Lamentablemente sufrimos nosotros, pero el mayor perjudicado fue él (lágrimas en los ojos de Diego). Después de lo que pasó el grupo se desarmó totalmente. Cada vez que hacia un homenaje para Jonathan venía mucha gente porque la gente de nuestro ambiente sabía como era él.

-El abogado defensor, Ariel Civit, declaró en el juicio que el Hip Hop practicado por los hermanos Chandía era un estilo de baile rebelde, en contra del sistema ¿Qué piensa de esta declaración?
- El Hip Hop tiene su cultura, viene de la época de los ‘70. Se implementa como un estilo de baile en los Estados Unidos, de las zonas bajas, del Bronx. Pero acá es diferente, acá lo interpretamos como una danza con sus elementos. Hay chicos que lo bailan, otros lo grafitean y el abogado está totalmente equivocado porque no tiene ni idea de lo que es el Hip Hop. Más allá de las películas que muestran que los raperos son gangsters acá es otra cosa. Jonathan lo llevaba en la sangre al Hip Hop. Él comenzó a bailar a los 10 años y demostró que tenía talento, se integró sólo a bailar breakdance.

-¿Por qué cree que muchos catalogaron al crimen como un caso de gatillo fácil?
- Fue un caso de gatillo fácil indudablemente. Yo creo que a un profesional, así como se dijo en el juicio, no se le puede haber escapado un tiro siendo que trabajó en tantos lados, supuestamente decía que le tiritaba la mano, que tenía epilepsia, no pudo haber trabajado en tantos lados si tenía ese problema. Después se comprobó que no tenía nada de eso. Realmente me gustaría encontrármelo y preguntarle por qué lo hizo, creo que no se le escapó el tiro accidentalmente. Así como mintió en la corte te aseguro que no me diría la verdad. Jonathan no hizo nada, ni un movimiento para pararse y el tipo le disparó estando boca abajo en el piso.

-¿Cómo reaccionó luego de escuchar el disparo?
Yo me agaché, me tapé la cabeza. Más allá de los golpes que estábamos recibiendo, nos pateaban, me pisaban la cabeza, me pegaban en la espalda. Los tres estábamos boca abajo en el piso, no entendíamos por qué nos pegaban, nunca nos dijeron qué había pasado o qué habíamos hecho. Cuando escuchó el disparo Roque (Jovás) me dijo Chino (Diego) le dispararon al Chanta (Jonathan). Me levanté para ver a mi hermano, doy la vuelta al patrullero para ver a mi hermano y en eso los policías me pegaban culatazos con el arma, forcejeé tanto con ellos que me voltearon entre los dos y me metieron a la patrulla. Cuando intentan meter al otro chico al móvil, me salí otra vez porque quería ver a mi hermano que todavía estaba en el piso y esas imágenes no me las olvido más.

- ¿Qué tipo de trato recibieron de la policía?
A mí me tuvieron toda la noche en la comisaría 27. Yo pedía un teléfono para avisarle a mi viejo, a mi vieja que fueran a ver a mi hermano y me negaron todo. Se ponían a ver televisión, se reían, venían y me decían cosas, luego me llevaron a contraventores y cuando hice la llamada me avisó mi vieja que había fallecido mi hermano.

-¿Qué piensa de la institución policial?
- Después de lo de mi hermano pasaron muchas cosas. Disparos, abuso de la policía. Antes había mucho abuso policial pero ahora que salió lo de mi hermano se han tranquilizado. Es más, esa noche (del crimen) era la primera vez que teníamos problemas con la policía. Sólo nos paraban a cada rato para pedir documentos por nuestra forma de vestir, de la gorra, de la ropa ancha.

- Si lo volviera a ver algún día a Jonathan ¿Qué le diría?
- Siempre lo sueño, es hermoso. De tanto pensarlo en las noches cuando sueño le diría que lo amo mucho, que lo extraño y lo mucho que lo quiero, que me gustaría volver a bailar con él. Le diría Chanta se hizo justicia en tu nombre.

El dolor de una familia
ATPA tuvo la posibilidad de dialogar unos minutos con José Benito Chandía, padre de Diego y Jonathan, quien comentó la fatídica noche en que murió su hijo. Además, acusó a la cúpula policial por encubrimiento del homicidio.
“Nosotros fuimos al Hospital Central, nos mintieron hasta en ese sentido, nos dijeron que estaba en terapia intensiva pero era mentira porque ya había muerto. Eso lo supimos como a las doce de la noche cuando nos vinieron a avisar acá (Godoy Cruz). A mi señora le avisaron en La Favorita y como a esa hora nos avisaron que había fallecido. Estábamos en serias dudas por la cantidad de anomalías, tanto del médico forense como de la gente del hospital. Para nosotros nos mintieron desde el primer momento que los detuvieron en la avenida. A Jonathan lo trataron como un delincuente. En todo momento nos negaron verlo o atenderlo como corresponde. Nos negaron verlo por última vez estos atorrantes sinvergüenzas, son más delincuentes ellos que los otros”.

“Fue una cosa vergonzosa de la policía. Un encubrimiento de la plana mayor de los policías. Encubiertos por todos los jefes desde Héctor Quiroga hasta Rafael Dos Santos, que es el jefe de la cuadrícula de Godoy Cruz. El único agente rescatable es el principal Rolando Rojas, que fue el único que dijo la verdad. Luego fueron con el comisario Quiroga, con Dos Santos y pactaron una reunión con el gobernador Julio Cobos (NdR: actual vicepresidente de Argentina) e informarle del problema que había. A Rojas le dijeron que se quede afuera de la reunión y que el informe lo iban a dar ellos al gobernador. Al terminar la reunión Dos Santos le dijo a Rojas que eso del arma se lo lleve al cajón. Entonces Rojas se quedó con eso y resulta que después se empezó a decir que mi hijo el Chino, al Chanta y Jovás habían tiroteado y matado a la policía. Oruza después dijo que había disparado porque estaban en fuego cruzado y nada que ver”.

“Oruza es un asesino desde un primer momento. Porque ya había tenido otras causas. Le disparó a un lisiado, tenía una causa por hurto, una amenaza a un chico, tenía 40 días de arresto que nunca cumplió y es un asesino colocado por ellos mismos. Fue mi hijo, podía haber sido Diego o Jovás o cualquier otro chico. Hay tantos casos que no han sido investigados porque han sido encubiertos por la policía. Nosotros vamos a luchar para hacer justicia, porque todos estos encubridores son más asesinos que el propio Oruza”.

ATPA, 15 – 11 – 08

La Quinta Pata

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